Un nuevo enigma se ha sumado a la catástrofe del Prestige para corroborar que la amenaza de contaminación no ha desaparecido de las costas atlánticas y cantábricas. Técnicos de los gobiernos de España, Francia y Portugal se reunieron ayer en Madrid y confirmaron lo que se sospechaba desde la pasada semana: se ha perdido la pista a unas 16.000 toneladas de fuel supuestamente vertidas al mar por el petrolero. Eso es lo que queda al restar del total de combustible que llevaba el barco lo que aún queda en el pecio, lo que se ha recogido en el mar y en la costa y lo que se ha evaporado.
La deducción lógica de esta sencilla resta sólo parece dejar una opción para esas 16.000 toneladas de fuel, que por sí mismas serían consideradas como un vertido muy importante: siguen vagando por el mar, o se han pegado a los fondos marinos, contaminándolos. Sin embargo, los expertos oficiales de los países afectados por el desastre se confesaron ayer incapaces de calcular la cantidad de hidrocarburo que aún permanece a la deriva en el océano, su situación actual y "qué parte de ese fuel llegaría eventualmente a las costas".
Lo cierto es que nueve meses y medio después, el Prestige sigue siendo una caja de misterios. Este último comenzó a tomar cuerpo la pasada semana, cuando el aún vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, y el presidente de Repsol, Alfonso Cortina, anunciaron que en el pecio del buque, hundido a casi 4.000 metros de profundidad, quedan sólo 13.800 toneladas de fuel y no 37.500, como se había informado hasta entonces.
La revelación desató las especulaciones sobre el destino de una parte de la carga del buque cuyo paradero no se podía precisar. La reunión que celebraron ayer en el Palacio de La Moncloa responsables de los organismos españoles, franceses y portugueses encargados del seguimiento del desastre confirmó la total incertidumbre sobre el destino de una importante cantidad de combustible, que podría erigirse en un nuevo peligro para la costa a partir del otoño, cuando regresen los temporales.
Sin embargo, Rajoy dejó ese día muchas cosas en el aire. Sobre todo dio a entender que tal vez podía haber llegado ya todo el fuel a las costas. El vicepresidente no quiso especular sobre la cantidad que faltaba y se limitó a ofrecer el dato de los restos recogidos en las playas y en el mar. "Aún no sabemos cuánto de eso es fuel", respondió ante las preguntas de los periodistas.
Ahora ya se sabe. Por primera vez, los tres gobiernos ofrecieron ayer un balance conjunto de los vertidos localizados hasta el momento. En el mar se han recogido 52.000 toneladas de emulsión de fuel y agua, que suponen "no menos de 23.000 toneladas" de hidrocarburo, según la nota oficial emitida al término de la reunión. Las 100.000 toneladas de chapapote mezclado con arena que se limpiaron en tierra suponen "no menos de 19.500 de fuel". Los tres gobiernos calculan que otras 4.725 "se evaporaron y biodegradaron mecánica y biológicamente". Estas cantidades, junto a las 13.800 toneladas que aún quedan en los tanques hundidos, según las mediciones de los técnicos de Repsol, suman un total de 61.025, cuando la carga declarada por el Prestige era de 77.000 toneladas. El comunicado emitido tras la reunión de ayer no menciona la posibilidad de que el buque transportara menos hidrocarburo del que declaró oficialmente, una hipótesis que apuntó hace unos días el comisionado del Gobierno para la catástrofe, Rodolfo Martín Villa, en un intento de buscar explicaciones a la discordancia de las cifras.
Las delegaciones de los tres países -que por parte española encabezaba Domingo Menéndez, director de la oficina de Martín Villa, y por la francesa Michel Girin, director del Cedre- se limitan a constatar que no disponen de información fiable para resolver el enigma.
"Las delegaciones de los tres países", apunta la nota oficial, "acordaron que la precisión de los datos no permite hoy cuantificar respectivamente cuánto fuel se encuentra todavía en el mar, si dentro o fuera del Golfo de Vizcaya o, en último término, qué parte de ese fuel llegaría eventualmente a las costas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de septiembre de 2003