Por fin abrió la Monumental de México después de estar cerrada desde el 17 de marzo por desacuerdos entre la empresa y el Gobierno del DF por el reglamento taurino vigente. A petición de las agrupaciones de matadores, subalternos, ganaderos y empresarios, dio inicio la temporada novilleril, a la espera de revisar el reglamento.
Pero vayamos al resultado del festejo inaugural. Lo mejor de la tarde corrió a cargo del tapatío Orozco, quien supo aprovechar las bondades de su primero y se lució con la capa y la muleta en un toreo ajustado y variado. Se le fue el trofeo por fallar con la toledana y en su segundo cumplió, sufriendo un trompicón al matar sin mayores consecuencias.
Velázquez trató de hacer el buen toreo con los de su lote, pero todo quedó en buenas intenciones por lo descompuesto de su primero y lo áspero de su segundo, pero, eso sí, estuvo muy aseado en sus trasteos.
Seco / Velázquez, Orozco, Ocampo
Novillos de Rancho Seco: presentables; 2º, 3º y 5º, encastados. Atanasio Velázquez: silencio; aviso y silencio. Aldo Orozco: al tercio y silencio. Xavier Ocampo: aviso y saludo con división; silencio. Monumental Plaza de México, 31 de agosto, 1ª novillada, regular entrada.
El debutante Ocampo demostró que tiene valor y mucha entrega, pero también su falta de sitio ante el incierto primero.
Por su bravura fueron aplaudidos en el arrastre los novillos corridos en segundo, tercero y quinto lugar.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de septiembre de 2003