Llegó el 1 de septiembre tras uno de los veranos más calurosos que se recuerdan en el País Vasco y el regreso a la vida cotidiana coincidió con una jornada más propia del otoño que de estas fechas. Esta imagen de la playa de la Zurriola refleja a la perfección el cambio del tiempo, que ha sorprendido a muchos aún con las sandalias puestas. Antes de ayer, aún era época de vacaciones. Ahora, uno no sabe si la depresión posvacacional se debe al regreso al trabajo o al cielo gris y plomizo, las gotas de lluvia y el viento frío.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 2 de septiembre de 2003