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París enterrará hoy a decenas de ancianos muertos por la ola de calor y sin reclamar

Tres bomberos mueren abrasados en un gran incendio al sur de Francia

Los cadáveres de 63 personas muertas durante la ola de calor serán inhumados hoy en París para evitar epidemias si ningún familiar, vecino o amigo se hace cargo de ellos antes de las 10.30 de esta mañana, hora prevista para la ceremonia fúnebre. La autoridad gubernativa ha prolongado dos veces el plazo reglamentario de las inhumaciones y los servicios sociales de la capital han encontrado a alguien capaz de dar un entierro digno a 325 de los fallecidos no reclamados, pero los últimos 63 cuerpos permanecían ayer tan solitarios tras la muerte como lo estuvieron en el tramo final de sus vidas.

La indiferencia ha recaído sobre ancianos como Georgette Guebey, que tenía 98 años, pero nadie se ha preocupado tampoco de Philippe Leger, de sólo 36. Un número telefónico especial permanecerá abierto hasta el último momento por si aparece alguien capaz de indultar a su antiguo pariente o amigo de un entierro de indigente en un cementerio a las afueras de París, al que de todos modos asistirá el alcalde, Bertrand Delanoë, en un gesto de deferencia hacia los olvidados por sus familias. Horas más tarde, el presidente de la República, Jacques Chirac, anunció que él también acudirá a las exequias.

Los nombres de estas víctimas de la canícula -todas ellas identificadas- fueron filtrados al diario Le Parisien para mover los sentimientos de quien corresponda. Parece evidente que los aludidos prefieren ahorrarse el pago de los gastos de entierro o definitivamente habían perdido la pista de esas personas hasta llegar a un aislamiento total. No habrá ceremonia religiosa -se desconocen las creencias que pudieran tener cada uno de ellos-, sustituida por la lectura de un texto "filosófico". Ya no se podía esperar más, según las autoridades, dado el riesgo sanitario y la saturación del sistema funerario.

Con la inhumación prevista se ha procedido al cierre de la gigantesca morgue instalada en el Mercado de Frutas y Verduras de Rungis, al sur de París, por la que han transitado 200 de los fallecidos durante la ola de calor. La cámara frigorífica, que normalmente alberga frutas y hortalizas, recuperará su ocupación habitual tras una desinfección que las autoridades prometen "completa". La instalación, requisada el 15 de agosto, es uno de los testigos más llamativos de la impotencia de este país para contener una oleada de muertes (11.435) que ha multiplicado por cuatro el número de víctimas que se produjo en los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.

Finalizan así cuatro semanas de pesadilla provocada por el sol, pero las escenas dantescas no han terminado en Francia. Tres bomberos murieron abrasados en la noche del lunes al martes, uno de ellos profesional y otros dos voluntarios, en medio de un incendio que además ha destruido 13.500 hectáreas de masa forestal en el departamento del Var, en zonas próximas a la Costa Azul. El camión que llevaba a los bomberos formaba parte de una columna de quince vehículos enviados a luchar contra el fuego. Un cuarto bombero se encuentra herido de gravedad tras ser atropellado por otro vehículo de socorro. Cámpings evacuados, el aplazamiento de la vuelta a las clases en once ciudades -Saint Tropez entre ellas- y las dificultades de abastecimiento de electricidad y teléfono completan el panorama de desastres que se viven en esta parte del país.

Jacques Chirac, y el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, elogian el coraje y la abnegación de los millares de bomberos que combaten contra las llamas desde hace tres meses, pero sus constantes advertencias de mano dura para los pirómanos no logran evitar la devastación del sur de Francia en proporciones gigantescas: 54.000 hectáreas han sido quemadas en lo que va de 2003, la peor cifra desde hace 15 años.

Un helicóptero siguió a una moto sospechosa cerca del lugar donde comenzó el incendio que mató a los bomberos, pero se desconoce si su ocupante u ocupantes fueron detenidos. El Ministerio del Interior ha informado del arresto de 88 presuntos pirómanos en lo que va de verano en Francia, entre ellos 34 menores de edad, y del encarcelamiento inmediato de 24.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de septiembre de 2003