Escribía Juan Cueto en el semanal del domingo 31 de agosto que le gustaría que le explicaran qué son los "tomates sin genes". Se refería, irónicamente, a una encuesta reciente según la cual el 80% de los españoles cree que los tomates no tienen genes. Daría esto para varias cartas sobre el nivel de cultura científica de los españoles, en estos tiempos eminentemente tecnológicos, o para debates sesudos sobre la enseñanza y las horas que se dedican a estudiar Religión frente a las que se emplean en Física o Matemáticas. A mí, para empezar, me horroriza la idea de que la decisión sobre si se debe o no permitir el uso de alimentos modificados genéticamente se pueda ver influenciada por la opinión (a favor o en contra) de una población que necesita que le expliquen qué son los tomates... ¡con genes!
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 3 de septiembre de 2003