Leo en EL PAÍS del 3 de septiembre de 2003 que el PP va impedir que las "parejas de hecho" tengamos idénticos derechos que aquellas consagradas por la ley. Es curioso observar cómo las derechas en este país siguen manteniendo un fuerte componente ideológico en sus planteamientos y propuestas políticas. Hasta hace bien poco la utopía era patrimonio exclusivo de la izquierda, pero parece ser que en estos momentos el pragmatismo ha cambiado de bando definitivamente. Si no es por esta razón resulta inexplicable el hecho de que el partido mayoritario pueda dar la espalda a millones de ciudadanos que por diferentes razones han optado por esta opción de convivencia.
Las parejas de hecho somos, efectivamente, un hecho social inapelable y seguramente creciente. Resulta de una miopía casi estúpida no incluir este fenómeno de forma adecuada en la legislación y, según mi opinión, esta resistencia es exclusivamente fruto de un arraigado impedimento ideológico que caracteriza a los señores del Gobierno. Me recuerda al chiste de la rana y el alacrán. Ambos animales mueren a medio camino de la orilla por que el alacrán no logra controlar su vehemencia asesina y mata al anfibio. La pobre rana no comprende el acto suicida de su huésped. Por su parte, el alacrán exclama a punto de ahogarse: "Perdona rana, pero es mi carácter". No se puede luchar contra los impulsos y así estamos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de septiembre de 2003