Irak reemerge como factor potencial de división en la UE pese a las buenas palabras de Italia, actual presidente de la Unión, y del optimismo británico de lograr un consenso sobre el proyecto de resolución norteamericano. "Es cierto que algunos socios estiman que no es suficiente, pero todos estamos de acuerdo en que va en la dirección correcta de fortalecer la función de Naciones Unidas y de agilizar la devolución de soberanía a los iraquíes", dijo ayer el secretario del Foreign Office, Jack Straw, en la reunión informal este fin de semana de los ministros de Exteriores europeos junto al lago de Garda, en el norte de Italia.
En esa línea se expresó su colega y anfitrión, Franco Frattini, recién llegado de Washington y Nueva York tras entrevistarse con Colin Powell y Kofi Annan: "Debemos lograr un acuerdo sobre los objetivos y dar al pueblo iraquí la clave de su futuro". Para el jefe de la diplomacia italiana, "no hay que escatimar esfuerzos para alcanzar una posición común. Soy moderadamente optimista".
Fuentes diplomáticas italianas reconocían ayer en este pequeño y atractivo balneario que "a nadie le interesa reescenificar la fractura que la crisis iraquí produjo en la UE esta primavera". Sin embargo, nadie excluye que se pueda romper de nuevo el frágil equilibrio urdido tras la guerra. Para el ministro alemán, Joschka Fischer, "no se trata de remover las diferencias que surgieron durante la crisis, sino de plantear una nueva estrategia".
Con tono posibilista, el ministro francés Dominique de Villepin admite en una entrevista a Le Figaro que el proyecto de resolución sobre Irak "va por el buen camino, pero hay que cambiar la lógica de la ocupación por la de la soberanía del pueblo iraquí". Para París, el texto no otorga suficiente responsabilidad política a la ONU y la celebración de elecciones debería producirse bastante antes de lo que quiere Washington. Sin duda, EE UU tendrá que repulir el documento si quiere encontrar un consenso en el Consejo de Seguridad. De ahí el peligro de que la Casa Blanca se enroque, a juzgar por lo que Powell le dijo a Frattini en Washington: "Pero, ¿qué quieren los europeos?".
La presidencia de la UE presentó ayer tarde a sus colegas el plan de calendario de la Conferencia Intergubernamental (CIG) sobre la futura y primera Constitución Europea. Italia cuenta con el apoyo de Francia y Alemania para que "sea corta y no altere la sustancia fundamental" del proyecto presentado por la Convención tras un año y medio de trabajo, "porque puede poner en peligro lo que ya ha sido aprobado". España también es partidaria de concluir en diciembre, pero insiste, según dijo la ministra Ana Palacio, en que no se modifique su número de votos en el Consejo contemplado en el Tratado de Niza. Más reservas plantean Reino Unido y Suecia sobre la fecha de finalización, al igual que los países de la ampliación. La apertura será el 4 de octubre en Roma y los trabajos deberían estar finalizados en diciembre si se quiere que la firma del tratado sea en mayo de 2004, adelantan expertos juristas. La idea italiana es que los ministros centren su discusión en tres áreas muy concretas: la rotación de las presidencias de la UE, el futuro papel del ministro europeo de Exteriores y los temas de seguridad y defensa. Los líderes abordarán cuestiones más peliagudas como son mencionar, como pide Polonia, en el preámbulo los valores cristianos de Europa, así como la votación por mayoría cualificada en el Consejo.
El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, pidió que cada nación pueda tener derecho a un comisario, y no como recoge el borrador de la Convención de crear un órgano con 15 comisarios y otros 15 sin cartera y sin derecho de voto.
La tranquilidad se vio alterada por la protesta de medio millar de manifestantes antiglobalización, que bloquearon los accesos a la reunión, lo cual obligó a que los ministros tuvieran que llegar por barco o helicóptero. Para hoy está prevista otra concentración del llamado movimiento de disobbedienti (desobedientes).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de septiembre de 2003