El cineasta neoyorkino Woody Allen pasó ayer como un rayo por San Sebastián. En su breve estancia, ofreció un concierto con su orquesta, la New Orleans Jazz Band, que reunió a 1.800 personas en el Kursaal -todas las entradas se vendieron el día que salieron a la venta-. El singular clarinetista de Brooklyn, que tocó la víspera en Salamanca y hoy sigue con su gira europea en Barcelona, viajó en un avión privado con su compañera, Soon-Yi, y dos de sus hijas y sólo salió del hotel para acudir al concierto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 6 de septiembre de 2003