Portugal fue una selección poblada de fustradas estrellas que manifestaron su impotencia con maneras poco deportivas. Fernando Torres y Xavi Alonso se retiraron antes de tiempo con golpes en sus tobillos. Los dos jugadores y el médico de la selección confían en que puedan jugar el miércoles frente a Ucrania en Elche.
"¿Qué quieren? ¿Que no me den?, se preguntó el jugador del Atlético restando importancia a los golpes, para añadir después: "El sueño de la selección se ha convertido en realidad. No puedo estar más contento". Raúl, por su parte, aseguró: "Fue un partido muy difícil para Torres ante unos defensas muy duros que iban a darle. Ya se lo avisé, pero es el camino que tiene que seguir. Torres es el futuro del fútbol español".
Iñaki Saéz, el seleccionador, reconoció que el de anoche es "de los partidos que me dejan más satisfechos. Es para darse un poco de crédito a nosotros mismos. Ha sido un encuentro muy serio y compacto". El técnico también coincidió en que a El Niño "le han dado mucho".
Couto, el capitán portugués, fue uno de los más violentos sobre el terreno de juego y cuando se le cuestionó su actitud, se limitó a decir: "¡Bah!", al tiempo que levantaba sul brazo izquierdo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de septiembre de 2003