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Crónica:TENIS | Open de Estados Unidos

"Es difícil esperar mucho más"

Antonio Martínez Cascales, entrenador de Ferrero, asegura que atraviesan un año genial

Barcelona / Nueva York

El ritual se cumplió en todos los detalles. En el mismo momento en que concretó su primera bola de partido frente a Andre Agassi, Juan Carlos Ferrero se arrodilló en la pista, soltó su raqueta y permaneció quieto en esta posición disfrutando íntimamente del momento que estaba viviendo. "Pasó todo a la vez por mi mente: la ilusión por ser número uno, por haber ganado a Agassi en la central de Nueva York, por estar en la final, por la recompensa que eso supone por todo el trabajo realizado durante tantos años".

No es seguro que hubiera diseñado sus gestos, sus actos. Pero fueron surgiendo de una forma natural: primero de rodillas, después el beso al cielo que siempre dedica a su madre [fallecida cuando tenía 16 años], a continuación la mirada hacia los suyos, su padre, Eduardo, su familia, su entrenador, Antonio Martínez Cascales, su novia. Y, en todo momento, la ilusión incontenible de haber conseguido un sueño: el liderato mundial.

Para muchos jugadores eso tendría menos relevancia que haber ganado en Roland Garros o incluso que llegar a la final del Open de Estados Unidos. No para él, que valora sobremanera el hecho de que sólo otro español, Carlos Moyà [lo fue dos semanas en 1999] lo haya logrado. "Hay muchos campeones del Grand Slam, pero sólo un número uno", afirmó tras ganar este año en Roland Garros.

Puede que marcarse este objetivo superior le librara de la presión de no haber ganado aún un torneo del Grand Slam, tras haber perdido dos semifinales y una final en Roland Garros hasta el pasado mes de junio. En cualquier caso, esta temporada ha disipado todas las dudas. "Es complicado esperar mucho más", afirmó ayer Cascales. "Estamos atravesando un año genial".

Esta temporada, Ferrero ha ganado en Roland Garros, Montecarlo y Valencia y se ha convertido en número uno del mundo, al clasificarse para la final del abierto de Estados Unidos. "Hay que esperar que se consolide, que asuma todo lo que está ocurriendo. Y si las lesiones le respetan tal vez podamos hablar en el futuro de que es uno de los grandes de esta década", agrega el técnico valenciano.

Su juego sin fisuras puede llevarle aún más lejos. "Gané a Agassi porque le convencí desde el primer momento de que no iba a rendirme nunca, de que lucharía hasta el último punto". Su mentalidad se ha fortalecido. Ahora no teme a nadie. "Estoy mentalizado para ganar a cualquier rival en cualquier pista. Por eso soy el número uno", afirma. Hoy tendrá ocasión de demostrarlo.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de septiembre de 2003