La pareja de la fotografía realizó ayer una de las mejores jugadas de su vida. Su afición al baloncesto y, sobre todo, su fidelidad al Baskonia les llevó a celebrar su boda en la mismísima cancha del Tau, el Buesa Arena, el lugar donde se conocieron. Querían saber lo que se siente al pisar el parqué donde juega el equipo que tan buenos momentos les ha hecho pasar. Ahora, habrá que ver si el viaje de bodas también lo hacen siguiendo al conjunto de Dusko Ivanovic durante la pretemporada.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 7 de septiembre de 2003