La Girona monumental continúa guardando secretos de piedra que salen a la luz con la reforma de algunas casas adosadas a sus murallas. Una imponente torre defensiva de la época de Carlomagno ha aparecido durante las reformas que se están efectuando en una de las casas de la calle de Ballesteries, en pleno casco antiguo de la ciudad. Las hileras de casas que delimitan esta calle se construyeron entre la orilla del río Onyar y la parte exterior de la muralla, de ahí que muchas de las viviendas se adosaran a los muros defensivos. Los arqueólogos no conocían hasta ahora la existencia de esta torre, que debió de construirse poco después del año 793, cuando las fortificaciones de la ciudad quedaron debilitadas a causa de un fallido ataque musulmán. Para su construcción se utilizaron los grandes bloques de piedra de las murallas romanas preexistentes. La torre había pasado inadvertida hasta ahora porque quedó oculta en el interior de otra que se construyó en una reforma de la muralla del siglo XIV. La edificación tiene una altura de tres o cuatro pisos. Existe la posibilidad de que una parte de la torre sea visible, aunque en su mayor parte quedará de nuevo oculta tras los pisos que se edifican.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de septiembre de 2003