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Crítica:VALLADOLID | LA LIDIA

'Otra, otra, otra'

Aterrizaron las figuras, desaparecieron los toros. Los toros de las figuras vienen a ser gatos fuera de tipo. Al contrario que los vivales felinos. Los torogatos de las figuras son aborregados y cornibecerros y no precisan de la suerte de varas. Con picotazo-análisis para obtener el carné de manipulador, basta. Los relumbrones del toreo cuentan con la inestimable colaboración de los domingueros de las ferias. A éstos les importa un pito los toros, el toreo y la fiesta. Lo suyo es pedir orejas: "Otra, otra, otra".

Joselito dejó asesinar a su primero en el caballo. A la pera en dulce que hizo cuarto, le propinó un soberbio y hondo comienzo de faena. Dejó detalles por ambos pitones pero se excedió en pases a la galería. A Ponce no le arredró la mortecina embestida de su primero y le largó pases por docenas. Con el quinto firmó tratado de no agresión. Made in Ponce: Amplia, estética y variada. Puso entre ambos el pico de la muleta por si al torete se le olvidaba lo firmado. José Mari Manzanares, estético y a la altura de sus maestros.

Algarra / Joselito, Ponce, Manzanares

Toros de Don Luis Algarra, justos de presencia, blandos y nobles, 4º aplaudido. Joselito: pitos y dos orejas. Enrique Ponce: ovación, dos orejas. José Mari Manzanares: oreja y palmas. Plaza de toros de Valladolid, 9 de septiembre, 4ª de feria. Tres cuartos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de septiembre de 2003