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Argentina ultima un acuerdo con el Fondo Monetario para refinanciar su deuda

El Gobierno Kirchner se compromete con los organismos internacionales a pagar en tres años

Las aguas se han calmado en Argentina después de 24 horas de incertidumbre e intensas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Entrada ya la noche de ayer, el Gobierno se disponía a anunciar un acuerdo por el que el país latinoamericano obtendrá un paquete de 18.100 millones de dólares para refinanciar la deuda pública con los organismos de crédito durante los próximos tres años. Fuentes del Ministerio de Economía indicaron que el FMI había aceptado la carta de intenciones enviada desde Buenos Aires y la forma de pago que reclamaban las autoridades argentinas.

El presidente Néstor Kirchner, acompañado de sus colaboradores y del ministro de Economía, Roberto Lavagna, dio un último repaso al texto redactado por los negociadores. Poco después, estampó su firma y en la Casa Rosada hubo un suspiro de alivio colectivo. La firma del acuerdo despeja el camino para el pago del vencimiento de 2.900 millones de dólares que debía abonarse el martes y Argentina se desprende de la etiqueta humillante de moroso con las entidades financieras multilaterales.

La jornada de ayer tuvo un cariz bien distinto a la del martes tal y como mostró la recuperación del ánimo en los mercados. La Bolsa de Buenos Aires, que el lunes había caído hasta un 3,66%, se recuperó con una subida del 4,85%. El acuerdo contempla una meta de superávit fiscal primario del 3% del PIB a partir del 2004 y no hace referencia alguna a dos de los puntos más espinosos que eran rechazados por los negociadores argentinos: el aumento de tarifas de los servicios públicos privatizados, que llevan año y medio congelados desde la devaluación del peso, y la compensación extraordinaria que reclamaban los bancos que, tras la devaluación del peso fueron obligados por decisión judicial a devolver en dólares los depósitos de los ahorradores que ganaron sus recursos de amparo.

Con la ausencia de una referencia explícita a ninguna de estas cuestiones, el Gobierno de Néstor Kirchner salva la cara ante la opinión pública argentina, aunque la realidad no se corresponde al pie de la letra con lo firmado ayer. En el caso de las tarifas de los servicios públicos, el Congreso está a punto de dar luz verde a un decreto que permitirá abrir un proceso de negociación de todos los contratos hasta el 2004 al tiempo que el Ejecutivo recuperará la autoridad para hacer aumentos de tarifas de emergencia. En cuanto a la compensación a los bancos, el Parlamento también está a punto de sancionar una ley que otorgará un monto de 1.000 millones de dólares a las entidades de crédito.

Asimismo, aunque no figura en el texto firmado, el Gobierno se ha comprometido ante el FMI a un aumento de la recaudación impositiva del 10% y un incremento del gasto público que no excederá el 6%. Sobre estas pautas, el Ejecutivo prepara el presupuesto que presentará ante el Parlamento entre el viernes y el lunes próximos. Los primeros comentarios de los observadores consideran que el presidente Kirchner se ha apuntado un claro triunfo, ya que fue él quien ha pilotado un proceso que ha tropezado con varios obstáculos.

Formalmente, la nación suramericana estuvo en suspensión de pagos técnica con los organismos financieros multilaterales durante 24 horas, aunque ayer un portavoz del FMI matizó el término. "Hay una connotación de carácter definitivo cuando se habla de suspensión de pagos y está claro que no estamos en una situación definitiva en este momento", dijo Dawson. "Hemos tenido países con problemas para realizar los pagos y la gran mayoría al final ha salido de esa situación".

El Gobierno Kirchner esgrime que no abonó el vencimiento el martes porque no está en condiciones de comprometer el 25% de las reservas monetarias, y ha reclamado hasta el último momento un acuerdo que contemple "la sustentabilidad interna y la dignidad nacional", en palabras del ministro de Planificación Federal, Julio de Vido. La postura oficial no era dejar de pagar, pero subraya que Argentina necesita crecer para hacer frente a la grave situación social del país, en el que la pobreza afecta a la mitad de la población. El ex presidente Eduardo Duhalde manifestó que no se puede firmar cualquier cosa y reclamó seriedad a las autoridades. "No puede ser que dentro de tres meses, cuando venga la revisión no podamos cumplir los compromisos adquiridos".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 11 de septiembre de 2003