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África exige menos subsidios al algodón español

"Para nosotros es inaceptable que por 10.000 productores de algodón en España se pongan en riesgo los medios de vida de diez millones en cuatro de los países más pobres del mundo", considera Gonzalo Fanjul, portavoz de Intermón Oxfam. El directivo de la organización no gubernamental anticipa que una mayor flexibilidad de España y Grecia dentro de la Unión Europea, lejos del "maximalismo" de Estados Unidos, facilitaría un acuerdo ventajoso de los europeos con los países africanos.

La reconversión del sector exigida en la Unión Europea, y concretamente en España, para acercar posiciones, "sería mínima", según Fanjul. Los subsidios de Estados Unidos al algodón, cerca de 4.000 millones de dólares anuales distribuidos entre 25.000 productores, presionan a la baja los precios mundiales, hasta un 26%, y causan la ruina en África central y occidental, de acuerdo con las denuncias. Funcionarios de la UE precisan que la crisis del sector es consecuencia de la competencia de las fibras artificiales, que la producción de algodón no llega al 3% mundial en la UE y no distorsiona el comercio porque los subsidios apenas alcanzan el 25% de los 770 millones de euros de producción anual.

El Gobierno español maniobra en la ronda de Cancún en defensa del actual estatus de los algodoneros españoles, integrados en organizaciones agrarias de importante influencia política, de la misma manera que el Reino Unido y Alemania lidiaron en Doha con los medicamentos, que afectaba a sus industrias farmacéuticas. Contrariamente al activismo en Cancún del ministro español de Agricultura, Miguel Arias Cañete, la delegación de Grecia, un país con 80.000 cultivadores, fue de menor rango, sin la presencia del titular de la cartera. La delegación española, dirigida por el vicepresidente primero, Rodrigo Rato, es contraria a abordar el algodón como un capítulo aparte del tratado agrícola global porque, señalan sus portavoces, se abriría a un formato saturado por las preocupaciones específicas de cada país. No obstante, la presión de Brasil, Benin, Burkina Faso, Chad y Mali impuso el debate sobre ese cultivo.

El algodón, de todas formas, puede ser paradigmático en Cancún, de la misma manera que la liberalización de los genéricos lo fue en Doha. Gonzalo Fanjul insiste en que no se trata de "llevarse por delante" a los 10.000 productores españoles, sino que la UE articule medidas financieras o cultivos alternativos. "Hay que buscar una alternativa para estos productores y la UE tiene la capacidad para encontrarla".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de septiembre de 2003