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Crónica:FÚTBOL | La jornada de Liga

Un error de Cavallero da la victoria al Betis en Balaídos

Los goles encajados esta semana por Cavallero contra Chile encendieron un debate nacional en Argentina. El guardameta del Celta lo importó ayer a Balaídos, donde el Betis arrancó una victoria gracias a un delirante error del portero céltico. Ocurrió en una falta lejanísima lanzada por Asunçao sin la más mínima intención. No muy fuerte, pero sobre todo nada colocada: por el mismo centro, y fue necesario que Cavallero esquivara la pelota para que acabara en gol. Fue el único detalle que dejaron 90 minutos espesos, de los que un Betis apañado sacó su primera victoria ante un Celta desquiciado, que acabó con toda la artillería mal distribuida por el campo.

Lleva razón Lotina en que pasa el Celta por ser el equipo de mayor variedad táctica de la categoría, aunque está por demostrar que se trate de una virtud. lejos de sentirse cómodos en los complejos entramados tácticos, alumbrados siempre en función del potencial ofensivo del rival, los futbolistas parecen sometidos a una especie de estrés posicional, que deriva en falta de entendimientos. Es decir: el Celta resulta consistente en defensa, pero juega de cualquier forma menos de memoria, lo que le deja al amparo de la invención personal. Unos días tira Mostovoi; otro Jesuli. Ayer le tocó el turno a Gustavo López, pese a los continuos recortes a los que le obliga la banda derecha.

En lo que va de curso se ha puesto el equipo vigués tantos trajes como partidos, pero sólo se ha sentido a gusto en su versión clásica del 4-2-3-1. Ayer presentó una fisonomía asimétrica, con Silvinho de carrilero, Jesuli centrado, y Gustavo de extremo derecho. Y con Mostovoi en el banquillo. Como esta vez no faltó gente arriba, tuvo el dominio y ciertas ocasiones, pero la máquina chirriaba. Vivir, vivió del talento individual, pero el desconcierto fue notable. La consecuencia lógica de un equipo en el que nadie juega en su lugar natural. El desorden fue en aumento en la segunda mitad, en la que Lotina fue incrementando el potencial ofensivo a medida que estrechaba el campo. Mostovoi, Edu, Gesuli, Jandro y Milosevic acabaron estorbándose en un palmo de terreno, sin nadie ya en las bandas que arrojase luz sobre el caos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de septiembre de 2003