La evolución del consumo ha adquirido a lo largo de los últimos trimestres una extraordinaria importancia en Estados Unidos, no sólo porque ha sido la clave para evitar una prolongada recesión, sino porque se configura como el pilar para asistir a una recuperación económica. En este sentido, los últimos indicadores de ventas y de confianza del consumidor, en un contexto en el que el mercado laboral es incapaz de reactivarse, han llevado al mercado a replantearse el escenario tan optimista que manejaba hace apenas una semana. Las ventas al por menor han subido en agosto un 0,6%, cifra menor al 1,3% de julio y a las expectativas de los analistas de un alza del 1,4%. En consecuencia, los índices ceden desde zona de máximos y han perdido importantes referencias técnicas que podrían propiciar a corto plazo una corrección.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de septiembre de 2003