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Los candidatos avalados por Kirchner logran la victoria en las elecciones parciales argentinas

Felipe Solá y Aníbal Ibarra gobernarán la provincia y la ciudad de Buenos Aires

Néstor Kirchner puede respirar tranquilo. El presidente argentino aprobó ayer el primer examen serio sobre su gestión y su popularidad a los cuatro meses de su investidura, tras confirmarse la victoria de los candidatos que contaban con el aval presidencial en las elecciones a gobernador de la provincia de Buenos Aires y a jefe de Gobierno de la capital argentina. Felipe Solá (peronista), en la provincia, y Aníbal Ibarra (centroizquierda), en la ciudad, fueron reelegidos, según indicaban en la madrugada de ayer (hora española) los primeros resultados oficiales.

El temor a un escándalo planeó durante dos horas en la crucial jornada electoral después de que los dos candidatos a la alcaldía porteña se proclamaran ganadores. Sorprendentemente, cuando todavía no se había difundido ningún resultado oficial, el empresario Mauricio Macri (derecha), reconoció públicamente la victoria de su adversario, porque, según dijo, la tendencia de las encuestas a pie de urna era clara e irreversible a favor de Ibarra. Poco después, los primeros resultados oficiales daban el 51,3% a Ibarra y el 48,7% a Macri.

Apenas dos minutos después del cierre de los colegios electorales, Ibarra compareció antes sus seguidores y las cámaras de televisión para cantar victoria. "Todas las encuestas a pie de urnas, las propias y las del adversario, nos dan ganadores por una clara diferencia", anunció entre el delirio de sus fieles. Diez minutos después, el jefe de campaña de la candidatura de su contrincante. "Nos hemos impuestos por la diferencia del 2,2%". Y añadía: "Mauricio Macri es el nuevo jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires". Los dos candidatos habían llegado al día de la elección empatados en los sondeos.

Todo ocurrió a velocidad de vértigo, cuando no había datos oficiales. Violando la ley uno de los candidatos y el jefe de campaña del otro ya se habían declarado ganadores. En las sedes de ambas candidaturas el ambiente era de júbilo. A las dos horas del cierre de los colegios, el peronista Felipe Solá, actual gobernador apoyado por Kirchner, anunció su victoria (todavía no había resultados oficiales), tal y como indicaban todas las encuestas a pie de urna, en la provincia de Buenos Aires, con 9,8 millones de electores.

Más de 11 millones de argentinos, la mitad del censo electoral, habían sido convocados a las urnas en los comicios que definirán el nuevo escenario político de los dos distritos electorales de mayor peso específico del país. Alberto Fernández, jefe de Gabinete, que convenció a Kirchner de la necesidad de apoyar a Ibarra en estos comicios, no ocultaba su satisfacción por el veredicto de las urnas.

Ibarra, de 55 años, y Macri, de 54, pertenecen a la misma generación pero representan proyectos políticos opuestos. El primero procede de sectores de izquierda que integraron el Frepaso de la mano del ex vicepresidente Carlos Chacho Álvarez, y atribuye un papel no despreciable a las políticas públicas. Macri, de origen italiano, es hijo de Franco Macri, dueño de un importante imperio empresarial que ha mantenido buenas relaciones con el Estado. Ha invertido una buena suma de dinero en su llegada desembarco en la política, que si llega a buen puerto en la primera elección es más que probable que tenga continuidad con objetivos más ambiciosos. Pide una oportunidad para quien nunca ha desempeñado un cargo político. Su adversario le acusa de tener vinculaciones con los sectores más derechistas del país y con el menemismo.

Avance justicialista

Hasta ahora, las elecciones celebradas en las provincias de Santa Fe, La Rioja, Río Negro y Santiago del Estero han mostrado un claro avance del Partido Justicialista (PJ, peronista) que tras los resultados de ayer, especialmente en la provincia de Buenos Aires, gozará de una cómoda mayoría en el Congreso de la Nación.

El PJ está cada vez más cerca de tener la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados (129 de los 257 escaños), aunque la paradoja es que la esperada victoria en la provincia de Buenos Aires convertirá al ex presidente Eduardo Duhalde y no a Kirchner en el principal referente del nuevo Parlamento que asumirá el 10 de diciembre próximo. La lista electoral del PJ estaba repleta de incondicionales duhaldistas. Kirchner, Duhalde y Solá, hoy aliados porque lo exige la realidad política, se perfilan como los tres principales líderes del peronismo de los próximos años.

De las otras candidaturas que compitieron en la principal provincia argentina destacaban dos figuras vinculadas con el pasado más negro de Argentina: el teniente coronel Aldo Rico, que protagonizó las intentonas golpistas de los militares carapintada en 1987 y 1988, y el ex comisario Luis Patti, contra el que pesan denuncias de supuestas torturas y homicidios.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de septiembre de 2003