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"Es mejor que no haya ningún acuerdo que uno malo"

Activistas de organizaciones no gubernamentales lanzaban vítores esta madrugada (hora de España) y se abrazaban en los pasillos del Centro de Convenciones de Cancún para manifestar su alegría por el plante de las delegaciones africanas contra la inclusión de la pretensión europea de proteger sus inversiones y el tema de la competencia, en la última jornada de la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC). "Es mejor que no haya ningún acuerdo que uno malo", decían. Portavoces de otras organizaciones, contrariamente, lamentaban la abrupta ruptura de negociaciones.

"A pesar de las enormes presiones, los países en vías de desarrollo han aguantado", destacó el grupo Amigos de la Tierra. "Finalmente la OMC se muestra como lo que es: una institución sin legitimidad, que trabaja para promover intereses corporativos". Para Gonzalo Fanjul, de Oxfam, la terminación de los contactos "es malo porque lo que les hace falta a los países desarrollados es un sistema que reconozca sus intereses, no un sistema que colapse". El directivo español responsabilizó a Estados Unidos y de la Unión Europea por defender "posiciones inaceptables".

Horas antes del divorcio, las principales Organizaciones No Gubernamentales acreditadas ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) habían calificado de "enajenante y grosero" el borrador de la cumbre porque "refleja las posiciones de los ricos". "Es un misterio el cómo se produjo el texto, quien lo escribió, y si las delegaciones pueden ejercer su derecho elemental de revisar el borrador". Paralelamente, desde sus campamentos en el centro urbano del balneario mexicano el grueso de las organizaciones campesinas y estudiantiles desplazadas al enclave turístico emprendió el viaje de regresó a sus lugares de origen.

"Una semana para esto"

"Llevamos aquí una semana y para esto", se lamentaba un agricultor, integrante de un grupo radical, después de derribar, con cuerdas, la primera de las cinco vallas metálicas instaladas por la policía mexicana, para impedir el paso a la franja hotelera donde se desarrollan las reuniones. Un grupo arrojó ayer sobre los agentes cinco bidones de excrementos y orines. Los globalifóbicos fueron menos de los previstos y sus marchas apenas superaron los 5.000 participantes.

Buena parte de las ONG acreditadas, cerca de 1.000, sustituyó su activismo en las calles por el cabildeo en el Centro de Convenciones con los periodistas y delegados. Su presencia en anteriores cumbres había sido más restringida, pero la presión pública obligó a los organizadores de la OMC a abrir la mano. Miembros de una ONG irrumpieron ayer, a gritos, cerca de la sala de prensa denunciando el borrador de conclusiones.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de septiembre de 2003