Los datos económicos estadounidenses continúan siendo buenos, pero sin alcanzar las estimaciones de los analistas, lo que provoca una y otra vez una sensación de debilidad que, sin ser real, es la que llega a los inversores.
Los mercados de valores se mantenían ayer en una zona de relativa calma, pero era sobre todo por las expectativas creadas en torno a los sectores bancario y de telecomunicaciones, en los que empiezan a apreciarse algunos movimientos. La producción industrial en Estados Unidos en el mes de agosto creció el 0,1%, pero el mercado esperaba el 0,3% estimado por los analistas, con lo que ese crecimiento, por pequeño que fuera, pasó casi desapercibido para las bolsas.
El Ibex 35 terminó subiendo el 0,49%, gracias principalmente a los avances de Telefónica y SCH, aunque estuvieron acompañados de lejos de otros de los valores más importantes del mercado. Con ese avance el Ibex 35 se aleja momentáneamente de la zona de los 7.000 puntos, aunque todavía queda lo suficientemente cerca como para seguir preocupando a los inversores. El índice general de la Bolsa de Madrid subió el 0,51%.
Los últimos datos económicos conocidos en Estados Unidos han terminado por convencer a inversores y analistas de que la Reserva Federal se verá obligada a mantener su política monetaria durante algunos meses más, al menos en tanto la economía adquiere un ritmo más constante.
La otra cara de la moneda ofrece un nuevo retraso del momento de la recuperación, algo con lo que se contaba para esta segunda parte del año.
Todos los mercados europeos consiguieron mantener posiciones en esta jornada, con un avance del 0,48% en París y del 0,37% en Francfort, éste último con datos previos al cierre, mientras que la Bolsa de Londres terminaba la sesión con una subida del 0,55%.
La Bolsa de Nueva York notó con más fuerza la desilusión causada por el pobre dato de producción industrial y a media sesión mantenía un descenso del 0,07%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de septiembre de 2003