El pintor Juan Fernández Lacomba (Sevilla, 1954) dirigió el pasado julio el taller Paisaje y Modernidad III en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Un total de 30 alumnos recorrieron las obras y las mentalidades de los artistas que centraron su creación en el paisaje en los años que a partir de la II Guerra Mundial llegan hasta hoy. La Fundación Aparejadores acoge en Sevilla hasta el próximo 27 de septiembre una exposición con los resultados de este taller.
Pregunta. Uno de los objetivos del taller Paisaje y Modernidad III fue, según sus promotores, "estimular la creación"?
Respuesta. Se buscaba motivar, crear un debate desde la creación. En el taller hay artistas que han hecho ya tres o cuatro exposiciones individuales. Hay también jóvenes noveles, estudiantes de Bellas Artes, licenciados en Arquitectura, Filología, Psicología...
P. ¿Por qué se elige el paisaje como asunto central?
R. Porque es el género por excelencia que ha servido como vehículo de la modernidad. El paisaje ha sido, por otro lado, el laboratorio creativo donde se han proyectado las intenciones del hombre moderno -tanto individuales como colectivas- hacia el mundo.
P. ¿Por qué se elige el periodo posterior a la II Guerra Mundial?
R. En el siglo XX se ha producido una aceleración de la historia. El siglo XX ha sido convulso: dos Guerras Mundiales, avances tecnológicos, liberalización de las ideas... Y el arte ha sido la revelación de lo que llamaban los románticos alemanes "el espíritu del tiempo". Tras la II Guerra Mundial hay una pujanza del existencialismo y el marxismo. Y esto se refleja en distintas tendencias artísticas.
P. Los alumnos del taller trabajaron en distintas parcelas de la ribera del río Guadaíra. ¿Por qué?
R. Porque unas primeras nociones de valoración estética de la naturaleza se dan en el cauce del Guadaíra desde mediados del siglo XIX. Ahí tenemos el paisajismo de la Escuela de Alcalá.
P. ¿Por qué se afirma que los artistas han "arquitecturizado" el paisaje?
R. Se han sorteado zonas. A cada uno se le ha asignado un kilómetro a ambos lados. Ellos han interpretado el territorio.
P. ¿Es entonces un "proyecto de intervención sobre un paisaje"?
R. Unos alumnos se basan en la manipulación fotográfica; otros hacen intervenciones escultóricas; otros, mitologías personales.
P. ¿Cuál es el resultado de este trabajo?
R. Una exposición diversa, plural, heterogénea... Es una meditación del paisaje como construcción cultural, es decir de lo que ha sido y de lo que pudo haber sido.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de septiembre de 2003