"Empezamos con algunas dificultades", dijo Ronaldo; "durante los primeros 30 minutos". Lo refrendó Zidane: "Los primeros 20 minutos han sido complicados pero después todo ha ido bien". Tan rodados fueron los demás minutos que el Madrid pasó de sufrir un poquito a dejarse llevar por su propia dinámica de aplastamiento. El Marsella nunca tuvo el balón, y cuando lo tuvo, Marlet y Celestini -sus dos adalides del medio campo- se encargaron de capitular. Que el Marsella marque no fue un problema y Ronaldo lo dijo con claridad: "Con nuestra calidad estábamos convencidos de que íbamos a remontar. Ellos han marcado muy pronto pero teníamos todo el partido por delante y estábamos tranquilos. Hemos jugado rápido y hemos tocado muy bien".
Antes de que el Marsella abriese el marcador Ronaldo había fallado dos ocasiones bastante claras, siempre solo ante el portero. No se desmoralizó. De hecho, nunca se ha desmoralizado en un campo de fútbol y ahora que va a cumplir 27 años esa posibilidad es más remota. Ayer, el punta brasileño estuvo más activo de lo normal. Esprintó una, dos, tres, cuatro veces en el primer cuarto. En el último cuarto de la segunda parte mantuvo el mismo ritmo.
Quizá la buena forma física que demostró es el resultado de un año de trabajo. "Queremos que haga más sprints por partido", han dicho los preparadores físicos del Madrid, primero Javier Miñano, ahora Walter di Salvo. El jugador también se siente mejor: "Voy a marcar 30 goles", ha dicho. Cree que esta temporada será la mejor de su vida. Y se siente tan seguro como podría sentirse el mejor del mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de septiembre de 2003