Los consumidores italianos fueron ayer a la huelga contra las subidas de precios. Cuatro asociaciones convocaron una "jornada sin compras" para oponerse al encarecimiento de numerosos productos por la vía del redondeo al alza tras la introducción del euro. La protesta fue "un éxito" y provocó un descenso de las compras especialmente pronunciado en Roma (35%), Nápoles (42%) y Turín (39%), según las organizaciones de consumidores.
Los comerciantes, por su parte, consideraron "muy exagerados" esos porcentajes e indicaron que la huelga tuvo un seguimiento desigual y escaso en términos generales.
Incluso las patronales consideraron, sin embargo, que la protesta era legítima y estaba justificada. Productos tan cotidianos en Italia como el cappuccino y la pizza se han encarecido globalmente un 20% desde enero de 2002; el cine, los discos y el transporte público han registrado aumentos en torno al 10%.
La organización que agrupa a las empresas, Confindustria, hizo notar que los precios industriales registraban una inflación anual del 1,1%, mientras el índice de precios al consumo ascendía a un ritmo del 2,7%, y atribuyó el desfase a "algunos intermediarios y un sector de los detallistas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de septiembre de 2003