En 2002 fueron requisadas en Río de Janeiro 3.149 armas de fuego fabricadas en Argentina. El año anterior el número había sido de 1.800. Armas que acaban en las manos de los narcotraficantes que actúan en las favelas más duras de la ciudad. Y la sospecha del Gobierno brasileño es que puede haber militares argentinos involucrados en dicho tráfico de armas.
Según informó ayer el diario brasileño O Globo, Brasilia ha pedido que se cree un grupo de trabajo entre expertos de ambos países para estudiar la delicada cuestión. Con la llegada al poder en Brasil del presidente Luiz Inácio Lula da Silva y en Argentina del presidente Néstor Kirchner, los trabajos han comenzado a realizarse. Los pasados días 11 y 12 se produjeron los primeros encuentros entre representantes de la Policía Federal, de la Secretaría Nacional de Seguridad Pública y de la Agencia Brasileña de Inteligencia con funcionarios de las diversas áreas del Gobierno argentino para discutir las medidas para atajar el problema.
Según informes confidenciales llegados a Brasil del Gobierno argentino, ya en 2001 las autoridades de aquel país sabían que armas de guerra fabricadas en Argentina eran enviadas hacia las favelas de Río. Ahora se ha decidido la creación del Grupo de Armas de Fuego y Municiones del Mercosur. En una reunión que tendrá lugar en Argentina el mes próximo será presentada una propuesta concreta a Lula y Kirchner sobre el tema.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de septiembre de 2003