El incendio que el pasado lunes causó 67 muertos en la cárcel más grande de Arabia Saudí, en Riad, no fue provocado deliberadamente, según las autoridades saudíes.
"Es muy pronto para decir qué fue lo que pasó", señaló una fuente oficial. "Puede haber sido un cortocircuito o alguna otra cosa, pero no pensamos que haya sido un sabotaje", afirmó la misma fuente, quien agregó que en la cárcel de Al Hair no hay prisioneros sospechosos de pertenecer a la organización terrorista Al Qaeda, y que la mayoría de los presos de este centro, a 40 kilómetros al sur de la capital, está cumpliendo penas por delitos y cargos por drogas. La fuente señaló que ningún prisionero escapó tras el caos provocado por las llamas.
Tras el incendio murieron 67 personas y 23 resultaron heridas, tres de ellas miembros de las fuerzas de seguridad, según informó la agencia oficial de noticias saudí. Sin embargo, las cifras manejadas por la cadena qatarí Al Yazira elevaban el número de muertos a 144 prisioneros y 44 guardias de seguridad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de septiembre de 2003