El primer ministro de Baviera, Edmund Stoiber, y su partido, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU), lograron ayer una victoria arrolladora e histórica en Alemania: un 60,7% de los votos, que le dan una mayoría de dos tercios en el futuro Parlamento regional (Landtag) en Múnich. El socialdemócrata SPD cayó hasta el 19,6% de votos, el peor resultado de su historia en Baviera y uno de los peores jamás obtenidos en Alemania.
El partido ecopacifista Los Verdes, con un 7,7% de votos, mejora un poco los resultados de hace cuatro años, según los datos oficiales provisionales difundidos ayer. La CSU gana un 8% y el SPD pierde en torno a un 9%.
En sus primeras declaraciones anoche en Múnich, Stoiber atribuyó su victoria al caos en el SPD, que con el canciller federal Gerhard Schröder ha perdido 100.000 afiliados, a "un Gobierno incapaz en Berlín" y a que "a la gente le va peor que hace un año". Según Stoiber, la falta de seriedad y la incapacidad de Berlín determinaron el resultado, y añadió: "El Gobierno actual en Berlín no tiene mayoría en la población". El cabeza de lista del SPD en Baviera, Franz Maget, reconoció que "no esperaba una derrota de estas dimensiones". El director de la cadena pública de televisión ZDF, Nikolaus Brender, resumió así lo ocurrido en Baviera: "Un éxito personal de Stoiber, que ha sabido convertir la CSU en un partido moderno", y "una gigantesca derrota para Schröder".
El listón estaba muy alto: en torno al 60%. Schröder trataba de bajarlo al afirmar que era una cifra irreal y que se conformaba con "un 50% y algo más". Stoiber, derrotado 364 días antes por Schröder en las elecciones federales, buscaba la revancha y la logró con creces. La CSU consiguió finalmente el 60,7% de los votos. Este fenomenal porcentaje no bate la marca lograda por la CSU en 1974, un 62,1%, pero es la segunda mayor victoria en una elección en la Alemania posterior a la II Guerra Mundial. Al mismo tiempo, la CSU consigue en el
Landtag una mayoría de dos tercios que permite reformar la Constitución de Baviera, aunque se necesita, además, el refrendo de los ciudadanos.
El primer ministro de Baviera había planteado la elección como un plebiscito sobre Berlín, sobre Schröder y su Gobierno, y las cuentas le salieron bien. Los electores de Baviera dieron ayer una satisfacción a Stoiber, derrotado un año antes, y le votaron más que en las elecciones federales, cuando en su feudo rebasó el 58%. El carácter de examen a Berlín aniquiló al SPD de Baviera y a su candidato Maget, que, como un buen soldado del partido, se contuvo a la hora de echar las culpas del desastre a los compañeros de Berlín.
Derrota "catastrófica"
El presidente del SPD de Baviera, Wolfgang Holderlein, calificó la derrota de "catastrófica", y declaró: "La CSU consiguió convertir la elección de Baviera en una elección federal. No hemos conseguido frenar la tendencia general; en Baviera, el SPD nunca ha conseguido ser una alternativa a la CSU, pero tan mal no nos había ido nunca". Según Hoderlein, la política de Berlín ha retraído a los electores tradicionales del SPD. La participación electoral ha caído más de un 10%, de casi un 70% hace cuatro años al 57,3% ayer.
El SPD en Berlín trataba de sacar alguna mínima conclusión positiva del desastre electoral. El secretario general, Olaf Scholz, declaró que el triunfo de Stoiber puede desencadenar una lucha por el poder en las filas democristianas (CDU/CSU). Sin duda, Stoiber sale muy fortalecido y podrá imponer su peso fuera del Estado Libre de Baviera y su voz tendrá más fuerza en Berlín.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de septiembre de 2003