La feria de novilladas de Algemesí, pionera de las de su clase es un escaparate para los que empiezan. En tiempos en los que los aprendices del toreo lo tienen tan complicado, Algemesí supone una apuesta de futuro. Se agradece que abono tan acreditado mire hacia adelante. Y agradecidos también deben estar los jóvenes espadas, pues los erales lidiados fueron verdaderas máquinas de embestir.
Hubo variedad en la tarde, pero sobre todo sinceridad en los novilleros, pues a la brava exigencia de los novillos había que responder, como mínimo, con actitud. De los seis noveles, Jonathan Hervás, de Castellón, mostró mayor oficio. Javier Avilés, de Ronda, apuntó siempre por lo clásico, lo mismo que Cayetano García. David Esteve cobró una oreja como premio de consolación a la paliza recibida. Mientras, Raúl Martí fue voluntad desmedida. Y María Morillas, novillero local, fue gracejo y desparpajo y jugó a favor de corriente. Estos cuatro últimos representaron a la escuela de Valencia.
Lagunajanda/ Varios novilleros
Cinco erales de Lagunajanda y uno, el cuarto, de Hermanos Giménez. Bravos. Javier Avilés: vuelta tras dos avisos. Jonathan Hervás: dos orejas. Cayetano García: palmas. María Morillas: dos orejas y rabo. David Esteve: oreja. Raúl Martí: palmas tras dos avisos. Plaza de Algemesí. 22 de septiembre. 3ª de feria. Lleno.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de septiembre de 2003