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OPINIÓN DEL LECTOR

Aycart responde a Seda

He leído con sorpresa la carta de Miguel Ángel Seda (18 de septiembre) en relación con una carta mía en la que denunciaba la engañosa misiva enviada durante la pasada campaña electoral por el alcalde de Sevilla a las familias numerosas informándonos de una rebaja en el IBI de "entre el 10% y el 50%", cuando lo correcto hubiera sido decir "de hasta el 50%", ya que -como posteriormente nos enteramos- los propietarios de viviendas que superaran un cierto valor catastral no tenían derecho a bonificación alguna.

Mi sorpresa está motivada por la acritud con que está escrita la respuesta de Seda. Señor Seda: si por algún tipo de afinidad con Monteseirín o con su partido, o por cualquier otra razón, quiere defender a nuestro alcalde, hágalo rebatiendo el contenido de mi carta, no tratando de descalificar al firmante.

Los que leyeron mi primera carta pueden comprobar que en ella no mentía, ni contaba verdades a medias, ni manifestaba opinión alguna en contra de la progresividad de los impuestos, ni sobre la conveniencia o no de limitar las bonificaciones a los realmente necesitados, ni jugaba a ningún tipo de victimismo, ni me quejaba de los impuestos que pago... Todo eso lo ha inventado usted, señor Seda. Yo me he limitado a denunciar una mentira electoralista e innecesaria del señor Monteseirín que me ha hecho perder inútilmente mi tiempo con el papeleo que se requería para solicitar la prometida bonificación.

Por último, señor Seda, para su información le diré que nunca me he quejado de los impuestos que pago, aunque otra cosa bien distinta es que no me queje de cómo los malgasta nuestro Ayuntamiento: Estadio Olímpico, Sevilla 2004, 2008, 2012..., ferias de San Miguel, indemnizaciones millonarias a empresas privadas por el edificio de Moneo en El Prado, repavimentación de calles Alemanes y Virgen de los Reyes, subvenciones encubiertas a clubes de fútbol millonarios, mercado de la Encarnación, etcétera. ¿O acaso no tengo derecho a quejarme?

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de septiembre de 2003