No hay duda de que el Villarreal ha crecido en los últimos años de forma espectacular. Si algún visionario hubiese vaticinado tal progreso, habrían dudado de su cordura. Hay fechas que se quedarán grabadas en la memoria de los 40.000 habitantes de Vila-real. Como la del 24 de mayo de 1998, cuando se logró en Santiago de Compostela el ascenso a la Primera División. O la del 31 de agosto del mismo año, momento del debú en la máxima categoría, en el mejor escenario posible: Madrid, Chamartín. El 24 de septiembre de 2003 será otro momento para recordar para los aficionados del Villarreal y del fútbol castellonense. A las diez de la noche de hoy, en El Madrigal (Canal 9), un equipo de fútbol de pueblo que durante la mayor parte de sus 80 años ha actuado por los maltrechos campos de regional, hará su presentación oficial en Europa.
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Será en la Copa de la UEFA, la segunda competición europea, que, aunque con menos caché que antaño, tiene un inmenso valor para un club que ya ha perdido su condición de inocente y cuyo presidente, Fernando Roig, ve cumplido cada sueño. El rival, el Trabzonspor se ve asequible.
El currículo del cuadro turco es amplio: seis títulos de Liga en su haber y algunas participaciones en la Copa de Europa, la de la UEFA y la extinguida Recopa. Su clasificación europea la consiguió al vencer en su Copa nacional en la pasada edición. En estos momentos marcha el cuarto en su Liga, por detrás del Besiktas, el Istanbulspor y el Fenerbahce.
Roig pretende que El Madrigal -tiene un aforo de 23.000 espectadores- presente un lleno. En este sentido, los socios no tendrán que pasar por taquilla. Los precios de las entradas oscilarán entre los 20 y los 45 euros. Un campo lleno y la confianza de la superior calidad de la plantilla amarilla deben ser poderosos argumentos para adquirir hoy suficiente renta para que en el partido de vuelta, el 15 de octubre, se enfríe el infierno turco.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de septiembre de 2003