El Ministerio de Sanidad y Consumo, a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESA) ordenó ayer a La Comunidad Valenciana y Andalucía que retiren del mercado algunos embutidos procedentes de Francia y que se han distribuido en Almería y Castellón en los que se ha detectado toxina botulínica. En una nota de prensa, la AESA señala que los productos cárnicos -salchichón, mortadela y embutidos de pavo- son de la marca Shashia, tienen fecha de caducidad anterior al 12 de marzo de 2004. El fabricante es la empresa francesa Bouod.
La detección de la toxina fue notificada por la Comisión Europea y, anoche, "no se ha notificado que existan afectados por el consumo de los productos contaminados", según la nota de la AESA. La empresa francesa, siempre según el comunicado, ha retirado de forma voluntaria los productos afectados del mercado.
Los embutidos habían sido distribuidos en Italia y en España, concretamente en la Comunidad Valenciana (Castellón) y Andalucía (Almería). La AESA "recomienda a los consumidores que tengan en sus hogares alguno de estos productos que no los consuman".
La toxina botulínica la produce la bacteria Clostridium botulinum y otras del mismo género. En el organismo, produce botulismo. La toxina inhibe la liberación de un neurotransmisor (acetilcolina) que transmite la información entre los nervios y los músculos. A grandes dosis puede aparecer una forma grave de botulismo: la toxina llega a paralizar los órganos vitales y causa la muerte.
Las bacterias sólo viven en ausencia de oxígeno y son muy resistentes a los tratamientos térmicos y de desinfección. Por eso el principal problema era su aparición en conservas caseras, realizadas con una esterilización insuficiente.
En 2002 hubo seis casos de botulismo en España, según el Centro Nacional de Epidemiología, dependiente del Ministerio de Sanidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de septiembre de 2003