Robert Graham, detenido en Nerja como presunto encubridor de Tony Alexander King en el crimen de Rocío Wanninkhof, sólo ha estado unas 28 horas en la cárcel de Alhaurín de la Torre (Málaga). Antes de que su abogado de oficio pudiera presentar un recurso contra el auto de ingreso en prisión dictado el martes pasado, la juez María Jesús del Río y el fiscal adscrito al caso convinieron que el delito de encubrimiento del que se le acusaba por la muerte de Rocío Wanninkhof, el 9 de octubre de 1999, habría prescrito a los tres años.
Anoche, a las 21.50, salió de la cárcel en un coche rojo, con dos guardias civiles custodiándolo, y fue conducido de nuevo a la comandancia de Málaga del instituto armado. Su novia, que le esperaba en la puerta con dos amigos, ignoraba su paradero, que tampoco era conocido por su abogado de oficio, Ignacio Pacios. El letrado pudo finalmente hablar con Graham, quien le informó de que "todo estaba bien", no se consideraba detenido y esperaba dejar en breve el cuartel. Fuentes de la prisión informan de que la pareja de la Guardia Civil había intentado interrogar al detenido antes de su puesta en libertad.
El abogado que asistió a Graham durante su declaración ante la juez del martes se enteró de la decisión de puesta en libertad por la prensa. El mandamiento de libertad fue firmado por la juez a última hora de la mañana de ayer, tras escuchar la solicitud de la fiscalía, pero la puesta en libertad se demoró hasta entrada la noche. Habitualmente, las órdenes de libertad de reclusos en prisión preventiva son cursadas por el juzgado de guardia a partir de las siete de la tarde y son enviadas a la cárcel.
La notificación para la puesta en libertad de Graham llegó a la cárcel de Alhaurín de la Torre hacia las ocho de tarde, momento a partir del cual se inició el papeleo interno y se comunicó al preso para que recogiera las escasas pertenencias que ha acumulado en poco más de un día entre rejas.
"A partir de este momento, Robert Graham queda exonerado de este caso", precisó Pacios. Sería diferente su situación si el encubrimiento del que se le acusa fuera por el asesinato de Sonia Carabantes, el 14 de agosto de 2003, que obviamente no ha prescrito. De las declaraciones de King y Graham ante los investigadores de la Policía y la Guardia Civil y los jueces se deduce que el asesino confeso de las muertes de Rocío y Sonia le contó en su día a su amigo que había matado a Wanninkhof, y Graham mantuvo el silencio en atención a la estrecha amistad que les une.
El presunto delito de Robbie Graham sería no haberle denunciado, pero siempre se habría producido "con posterioridad" al asesinato y no como parte del propio crimen, según informaron fuentes jurídicas, que subrayan que en ningún caso podría ser acusado de cooperador.
Robert Terence Graham sale del caso Wanninkhof desde el punto de vista de la responsabilidad penal. Pero el abogado Ignacio Pacios le tenía un mensaje a la salida: tiene innumerables ofertas de pago para ir a programas de televisión. De hecho, una docena de cámaras, españolas y británicas, le esperaban a la salida ante las puertas de la prisión.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de septiembre de 2003