Leo en EL PAÍS del 19 de septiembre que los Legionarios de Cristo han comprado un colegio laico. Una medida urgente según ellos será separar a las niñas de los niños en clase. ¿Por qué? La convivencia no es ninguna causa de fracaso escolar, ni para ellos ni para ellas. A medida que nuestras leyes se han abierto a la democracia, hemos ido superando en muchos campos la segregación de la mujer, y todavía nos queda un gran trecho hasta que las mentes más integristas la reconozcan como una semejante, compañera, pareja. Se está retrocediendo gravemente. Que no nos engañen: hay quien pretende que ignoremos nuestros derechos y posibilidades. Y también hay maltratadores a nivel físico, psicológico o moral. Para mí y para muchas, todos parten del mismo afán de dominar a la mujer.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de septiembre de 2003