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El etarra Muñoa alojó a los asesinos de Blanco "por solidaridad"

El terrorista admite actos de colaboración porque ya está condenado

Ibon Muñoa, ex concejal de Herri Batasuna en el Ayuntamiento de Eibar (Guipúzcoa) y condenado a 10 años de cárcel por pertenecer a ETA y falsificar matrículas, reconoció ayer en la Audiencia Nacional que alojó en su casa "por solidaridad" a los miembros del comando Donosti Xabier García Gaztelu, Txapote; Irantzu Gallastegi, Amaia, y José Luis Geresta, Oker, los días anteriores al secuestro y asesinato del edil del PP Miguel Ángel Blanco.

El juicio contra Muñoa es el primero que se celebra por el secuestro de Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua (Vizcaya), ocurrido el 10 de julio de 1997 en el apeadero del tren de la citada localidad y su posterior asesinato en Lasarte (Guipúzcoa) dos días después. Los presuntos autores materiales, García Gaztelu y Gallastegi, se encuentran presos en Francia pendientes de extradición, mientras que Geresta falleció el 19 de marzo de 1999.

La fiscal Olga Sánchez reclama para Muñoa penas que suman 24 años y tres meses de prisión por entender que fue cooperador necesario en el secuestro del concejal y encubridor de su asesinato.

Ibón Muñoa admitió, a preguntas de la fiscal, que tuvo alojados en su domicilio de Eibar a los tres etarras liberados (a sueldo de la banda) del comando Donosti en julio de 1997 hasta el día en que secuestraron a Blanco, y añadió por qué lo hizo: "Necesitaban alojamiento, por solidaridad, vamos a decir". Sabía que eran etarras y que preparaban el secuestro de un concejal del PP, aunque dijo que no sabía la identidad concreta de la persona a secuestrar. También les dejó su automóvil y hasta un apartamento de sus padres en Zarautz, donde podrían esconder al secuestrado.

Reconoció que en septiembre de 1997, dos meses después del crimen, los miembros del comando volvieron a su domicilio de Eibar a recoger sus pertenencias y a despedirse porque habían adquirido mayores responsabilidades en ETA. Preguntado por qué no les denunció a la policía, respondió: "Por amistad".

La estrategia de la defensa del acusado fue muy clara. Reconoció que prestó la casa al comando porque son actos de colaboración con ETA y él ya fue condenado por la Audiencia Nacional por pertenecer a la banda terrorista. No reconoció, en cambio, ninguno de los extremos de sus declaraciones policiales y judiciales que suponen una participación en el secuestro de Blanco, porque le supondría una nueva condena por secuestro y encubrimiento.

"Que esta gentuza lo pague"

Al juicio, que se inició ayer en la Audiencia Nacional, acudieron María del Mar Blanco, hermana de la víctima; Carlos Iturgaiz, presidente del PP del País Vasco; Carlos Totorica, alcalde de Ermua; Enrique Villar, delegado del Gobierno en Euskadi, y un numeroso grupo de militantes del PP, entre los que destacaba el diputado Gabriel Cisneros. Al terminar la sesión, María del Mar Blanco afirmó: "Estoy contenta porque por fin después de seis años, se va a hacer justicia del secuestro y posterior asesinato de mi hermano y estoy deseando que esta gentuza lo pague y lo pague con creces porque a mí, desde luego, me han hecho muchísimo daño. Les deseo lo peor [con voz entrecortada], que les caigan los más años posibles".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de septiembre de 2003