Con vistas a prevenir, que siempre es mejor que curar, aprovecho esta ocasión para dar a conocer el "lamentable" estado de la estación ferroviaria de Fuencarral. Entre las deficiencias detectadas por los usuarios, hemos encontrado una verdaderamente peligrosa: las vías se tienen que cruzar a pie, en pleno siglo XXI, al no existir ningún paso elevado o subterráneo (espero que no haya nadie en alguna de esas vías, el día D a la hora H del...).
Además, con el agravante de no escucharse el sonido del tren hasta que no lo tienes encima y el desconcierto de ir por la mañana medio dormido, se cruzan las vías sin la atención precisa.
Por último y teniendo presente el caso omiso obtenido de altos cargos de esta empresa, ante las reiteradas cartas que, en un caso concreto, se emitieron con el único objeto de evitar que se produzca un accidente; opté por trasladar estas quejas, el pasado mes de julio, a aquellas instancias superiores: alcaldía de Madrid y Ministerio de Fomento.
Por su parte, lo obtenido hasta el momento como respuesta han sido "balones fuera o al tejado de otras instituciones", que para el caso es lo mismo; quizá porque saben que a ellos no les va a tocar... En todo caso, el cuponazo sí pero que les pille un tren, por supuesto que no.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de septiembre de 2003