Juan Pablo II se despidió ayer de las autoridades de Castelgandolfo con un "arrivederci", un "hasta la vista", y regresó con un día de anticipación al Vaticano. El Papa, que recibió a diversas personas antes de abandonar su villa estival, no hizo referencia alguna a sus problemas de salud. Al contrario, dijo sentirse descansado. "Este verano he podido reposar y recuperar energías para reemprender la actividad cotidiana del Vaticano", afirmó. Los problemas intestinales que le impidieron acudir el miércoles a la audiencia en la plaza de San Pedro parecían haber pasado.
La actividad vaticana se centrará estas próximas semanas en la preparación de los actos conmemorativos del 25º aniversario de pontificado, el 16 de octubre.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de septiembre de 2003