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La fiscal pide 13 años de cárcel para un fontanero que mató a su ayudante

El procesado cumple prisión provisional por el presunto asesinato de un segundo empleado

El ministerio fiscal solicita 13 años de prisión para Hilario O. G., un fontanero de 48 años de edad acusado de haber matado en octubre de 1998 a uno de sus empleados, Carlos L. B., de 22 años, golpeándole en la cabeza con una herramienta. Ayer comenzó en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Madrid el juicio contra el procesado, que se encuentra en prisión provisional como presunto autor del asesinato de un segundo ayudante, un joven colombiano de 19 años, el pasado mes de mayo.

Los hechos ocurrieron hacia las 21.30 horas del 30 de octubre de 1998 en el interior de la nave en la que el imputado y la víctima trabajaban, situada en el llamado Gran Parque Sur, en el kilómetro 5,500 de la carretera de San Martín de la Vega. La fiscal, en su escrito de conclusiones provisionales, indica que Hilario, valiéndose de un objeto contundente, golpeó a su ayudante Carlos en la cabeza. El joven sufrió "tan graves heridas" que falleció horas después en el hospital.

Según el relato de la acusación particular, que solicita 20 años de prisión, Hilario, tras finalizar los trabajos de fontanería que realizaba para la empresa Aelectric Servicios, SA, se dirigió en compañía de su ayudante a la citada nave, empleada como almacén de herramientas y materiales, cuya entrada se encontraba custodiada por dos perros de la raza rotweiller.

Una vez allí, Hilario agredió a Carlos y a continuación se dirigió a la recepción del recinto, donde permaneció durante 45 minutos charlando con el guarda de seguridad, con el pretexto de estar esperando una llamada de un cliente. Posteriormente regresó a la nave y, al ver que nadie había encontrado el cuerpo de Carlos, comenzó a pedir socorro. Hasta el lugar se desplazó un equipo médico del Samur, cuyos facultativos intentaron reanimarle y le trasladaron al hospital Doce de Octubre, donde la víctima falleció después de dos intervenciones quirúrgicas. La autopsia reveló que el fallecido había sufrido tres golpes violentos y que no tenía signos externos de lucha.

La defensa pide la absolución de su patrocinado alegando que éste no tenía ningún motivo para desear la muerte de Carlos y que se lo encontró cadáver cuando regresó al almacén después de salir a hacer una llamada.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de septiembre de 2003