Me parece una vergüenza que para ahorrar personal, en el ambulatorio de la calle del General Ricardos, 131, hagan esperar a los enfermos, o a sus familiares, más de cuarenta minutos para pedir una cita, y la espera ni siquiera es con derecho a sentarte; es decir, estés enfermo o no, guardas una cola de mínimo cuarenta minutos, lo que ha provocado que surjan altercados, llegando a pegarse la gente en varias ocasiones. En una de ellas, un señor le partió la nariz a otro; las citas que antes se daban por teléfono, hoy es misión imposible realizarlas, lo que agudiza el problema.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de septiembre de 2003