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Aulas

35.000 kilómetros en un curso para ver a su hija

Antonio Sánchez es profesor de Tecnología en el Instituto Boabdil de Lucena (Córdoba). Es de Jaén (casado y con una hija) e interino desde hace tres años y medio. Ahora tiene 34, y este curso ha tenido más suerte que el pasado, cuando calcula que hizo 35.000 kilómetros durante el curso dado que la vacante que cubrió salió en Algeciras.

Y dice que tiene suerte porque es uno de los 13.500 docentes que integran el Pacto de Estabilidad del profesorado firmado por la Consejería de Educación y los sindicatos y se ha acercado a su familia. Ahora sólo tiene que hacer dos horas y media de camino, según el día, para ir al trabajo.

Cuando nació su hija Lucía, daba clases en Lebrija (Sevilla), y el curso pasado sólo la pudo ver los fines de semana. Ahí es cuando lo pasó peor: "Además tenía un horario difícil, entraba a primera hora del lunes y salía a última hora del viernes; tenía que salir a las cinco de la mañana de Jaén", explica. Con ese cuadro se perdió los primeros pasos de su hija y siempre tenían que contarle lo que hacía cada día: "Nunca estás al día, te pierdes muchas cosas", lamenta.

A pesar de que este año tiene su vacante en Lucena, Sánchez empezó hace dos años como profesor en Jaén y la provincia. De ahí saltó a Huelva y el resto del curso lo pasó en Lebrija. Pero lo peor fue el año que pasó en Algeciras, por la lejanía de su familia.

Ahora espera aprobar las oposiciones, sacar su plaza en Jaén y estar más tiempo con su hija. La complicación que tiene Jaén es la competencia de gente que es de Madrid y se saca las oposiciones en Andalucía. "La mayoría elige Jaén porque con la autovía están cerca de casa".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de septiembre de 2003