Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

Blesa, reelegido con 13 votos, uno de IU, y 8 abstenciones

El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, resultó ayer reelegido con 13 votos a favor y ocho abstenciones, es decir, el 61% de los 21 miembros del consejo de administración de la entidad. Los 13 votos a favor fueron de ocho consejeros del PP, un representante de la patronal CEIM, otro de los cuadros, otro de los impositores, y dos políticos: el vicepresidente de la entidad, José Antonio Moral Santín, de IU, y el representante de la sección de banca de CC OO.

Las ocho abstenciones, mientras, corresponden a los cinco representantes del PSOE, los dos del sector de CC OO de Madrid (Rodolfo Benito y Juan José Azcona) y el nuevo consejero de UGT. Las ocho tienen una motivación política declarada: no coincidir con Ricardo Romero de Tejada, a quien los socialistas tildan de "paradigma de la corrupción". "Es una cuestión de dignidad", afirmó ayer la socialista Ruth Porta. "Ha habido pactos secretos".

La abstención de los ocho consejeros de la izquierda deja la reelección de Blesa con menos apoyos de los que tuvo en 2000, cuando fue apoyado por práctica unanimidad. En 1996, cuando Blesa sustituyó a Jaime Terceiro, los socialistas también se abstuvieron.

La decisión de los ocho, además, dejó ayer a estos grupos de izquierda voluntariamente fuera de la ejecutiva. Además de elegir a Blesa y a los vicepresidentes Moral Santín y Francico Moure, los 21 consejeros votaron a cinco de los 10 miembros de la ejecutiva. Son Mercedes de la Merced (PP), Romero de Tejada (PP), Moral Santín (IU), Guillermo Marcos (impositores) y Alberto Recarte (PP).

"Zurrón de los disparates"

La tarde comenzó con un discurso del presidente, Miguel Blesa. Lo dedicó a defender la estabilidad de la entidad financiera y a lamentar lo ocurrido en la renovación de órganos. "Hemos sido lectores y oyentes de manifestaciones cruzadas entre distintos grupos directa o indirectamente representados en la Asamblea (...) pero no soy yo quién para convertirme en juzgador de esas voces".

Después, Blesa se erigió en "fervoroso, interesado y apasionado defensor de la Caja y su gestión". "Pensaba yo que el zurrón de los disparates había quedado ya repleto con lo dicho y escrito en estos días; hoy he comprobado que no. Dejar correr la especie que durante 7 largos años la Caja ha estado gobernada por un pacto secreto, de los secretos a voces, que a unos otorgó privilegios y botín, a otros excluyó del festín, que a uno le ató las manos para regir con libertad nuestra vieja Caja y a todos os sumió en el averno de la ilegalidad, es cosa que sí merece mi atención y mi reflexión ante esta Asamblea General; creo que debería merecer también la de ustedes".

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de septiembre de 2003