Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra
OPINIÓN DEL LECTOR

Carta abierta al alcalde de Guillena

Señor don Justo Padilla: los que no somos sus amigos o compañeros de negocios sabemos lo ocupado que está. No tenemos nada que ofrecerle: negocios inmobiliarios, especulación, industrias contaminantes o cabezas agachadas en señal de interesada sumisión o deferencia. Como no pensamos como usted, no merecemos su tiempo ni su respeto. Aún recordamos algunos de sus jocosos comentarios cuando fuimos a buscarle a su "Casa del Pueblo" (el "pueblo" afín a usted, se entiende); aquello de "a quién se le ocurre manifestarse contra mí teniendo yo la mayoría absoluta", o lo de "estaba yo pensando montar mi propia asociación de vecinos para quitaros de en medio". ¿Lo recuerda?

Es usted, como le gusta expresar en público, algo así como el primer ecologista del pueblo, pero ¿construyendo campos de golf y permitiendo colmenas de casas adosadas en zonas de frágil equilibrio natural? Y, a propósito, la limpieza: ¡Qué pedantería de preocupación! Como si no hubiese cosas más importantes que resolver. Seguiremos, pues, pagando nuestros impuestos sin recibir casi nada a cambio, rodeados de basura, coches abandonados, escombros y animales sueltos. Seguiremos rodeados de parcelas sin limpiar, de construcciones ilegales toleradas y de parcelaciones al puro estilo "Salvaje Oeste".

¿Cuánto más mantendrá la callada como respuesta a nuestras peticiones de hablar con usted? ¿Cuándo y dónde acabará su voracidad inmobiliaria? Si algún día se atreve a salir del término municipal de Guillena, acérquese al Aljarafe. Si es eso lo que desea para nuestro futuro, enhorabuena, va por muy buen camino.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de octubre de 2003