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Entrevista:JUAN ECHANOVE | Actor

"Tengo la manía de creer en verdades absolutas que no son tales"

Juan Echanove (Madrid, 1961) está en plena crisis de los cuarenta. Y no lo oculta. Le salva el entusiasmo que le produce el haberse enzarzado en uno de los proyectos escénicos más importantes de su vida: interpretar y coproducir El precio, obra mítica de Arthur Miller que se dio a conocer en 1968 y que, con dirección de Jorge Eines, se estrena el 3 de octubre en el Festival de Teatro Temporada Alta de Girona. El 8 de octubre llega al Teatro Romea de Barcelona, donde estará cinco semanas y tras una gira llegará al Teatro Marquina de Madrid, en febrero.

Echanove asegura: "Ahora sí que soy actor de teatro, que es lo que quiero". Sus cálculos le llevan a concluir que si tiene 42 años y cada espectáculo lo explota dos años y medio, sólo le quedan por hacer 10 montajes en los siguientes 30 años. "Ahí me he dado cuenta de que tengo que escoger muy, pero que muy bien, lo que haga, porque quiero hacer giras y trabajar para la población más apartada de España, me gusta pelarme el culo por las carreteras de España en busca del espectador perdido". Pero, sobre todo, le gusta un teatro en el que pueda crecer: "Y con Miller, inevitablemente, uno mejora como actor".

"Ahora, tengo que seguir arriesgando y hacer cosas difíciles, como es ponerse el traje de Victor Franz"

En cualquier caso, esta crisis vital la integra como algo más de su vida normalita y casi vulgar: "Lo lamento, y si es preciso pido perdón, pero tengo una vida normal; leo, como, ceno y si alguna incauta se deja, me apareo, aunque cada vez menos", dice entre carcajadas.

Si se le tira de la lengua y se cuestiona que sea tan buen chico, añade: "Claro que tengo un punto canalla, y a veces este discurso tan bonito y fantástico de responsabilidades y demás se me viene encima, me da el arrebato, salgo a la calle y entonces me bebo el Orinoco, canto la Parrala, la armo cuadrada y además me encanta... Eso sí, al día siguiente juro no volver a hacerlo... Lo cierto es que voy a ser un golfo toda mi vida".

También ha vivido por primera vez una crisis pánica al darse cuenta de lo que suponía hacer este miller. La cosa llegó tan lejos que, tras pasar un día de juerga y fiestorro en Riaza, adonde acudió con Imanol Arias para dar el pregón, le paró la Guardia Civil a las dos de la madrugada para hacerle la prueba de alcoholemia y dio 0,0: "Eso es un deshonor para mí, pero lo cierto es que no probé ni una gota en todo el día".

Para el popular actor, esta aventura milleriana implica el mismo criterio de verdad escénica con el que afrontó otros trabajos teatrales como El cerdo; El Quijote, donde tuvo un mano a mano con Flotats bajo la dirección de Scaparro; Cómo canta una ciudad de noviembre a noviembre, dirigido por Lluís Pasqual, o El verdugo, con dirección de Luis Olmos.

"Ahora tengo que seguir arriesgando y hacer cosas difíciles, como es ponerse el traje de Victor Franz", dice el actor en referencia a su personaje en este montaje, que dice que llegó a él "de manera absolutamente normal".

Surgió mientras hablaba de su futuro inmediato con el director, Jorge Eines: "Acababa de apartarme del proyecto de interpretar Yo, Claudio, tenía ganas de cerrar la etapa de Alrededor de Borges, montaje con el que llevaba ocho años, y lo único que quería era pensar. Eines, sin inmutarse, dijo: 'Ya estás en la edad de hacer El precio". Fue entonces cuando a Echanove le volvieron a en la memoria sus recuerdos ligados a este texto: "Era muy joven cuando me escapaba a diario al teatro Benavente con mi carné de estudiante para ver gratis a Óscar Ferrigno en El precio, ahí descubrí que se podía hacer teatro implicándose hasta el fondo y contando algo que era verdad". A uno de los personajes de la obra le han cambiado el nombre original y le han puesto el de Óscar en homenaje a ese fallecido actor argentino, primer marido de Norma Aleandro, que tanto impactó a Echanove.

"No me había dado cuenta de que habían pasado varios lustros, de que uno envejece, de que tengo el pelo blanco y puedo interpretar perfectamente a un hombre de 50 años... ¡Aunque tengo 42!, ¿eh?", dice Echanove, quien se enzarzó en el proyecto con el productor Jesús Cimarro y pensó en un reparto ideal: "Fue increíble, se consiguió a la primera, todos estaban disponibles y dijeron sí. El director perfecto era Eines, porque es de los mejores trabajando los aspectos internos y hurgando en las profundidades de los actores".

Un reparto que, junto a Echanove, completan Helio Pedregal, Juan José Otegui y Ana Marzoa. "Son gente que he admirado desde siempre, que respeto profundamente y además les quiero". También participan el escenógrafo Andrea D'Odorico, la figurinista Nora Renán y el iluminador Juan Gómez Cornejo.

Echanove escogió el papel de Víctor, un personaje que siente muy cercano a su mundo interior: "Comparto con él tanto su lado bueno como el malo; por un lado, puedo llegar a ser una persona sacrificada, capaz de tirar del carro cuando hace falta, pero también tengo esa puñetera manía de creer en verdades absolutas que no son tales".En El precio, Miller explora el tema de la culpa y de la responsabilidad de uno mismo y de los demás a la hora de examinar la relación entre dos hermanos.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de octubre de 2003