El compositor madrileño Quique González ha roto con la maquinaria de las multinacionales discográficas, pero no con el contacto del público. Siguiendo con una tanda de conciertos intimistas pero ambientados por el calor de sus seguidores, presentó ayer en la FNAC de Callao su cuarto y autoeditado álbum, Kamikazes enamorados: temas urbanos y sensibles, "hechos con el espíritu de un artesano".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de octubre de 2003