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CARTAS AL DIRECTOR

Ayer y hoy

Declararon e hicieron la guerra prescindiendo de la ONU, en un alarde de arrogancia. ¿Para qué la necesitaban? Pero eso fue ayer. Hoy reclaman su ayuda para reconstruir lo que ellos destruyeron, que ironía. Para justificar su decisión argumentaron como finalidad la captura del dictador, la eliminación de armas de destrucción masiva y la seguridad del mundo. Hoy Sadam está libre, no hay rastro de las armas y el mundo dista mucho de ser un lugar más seguro que ayer. Pero la guerra se llevó a cabo y finalizó, eso nos dijeron, aunque no sabemos si creerlo, porque hoy nos dicen que desde entonces han muerto más soldados que los que murieron antes. Ayer a la ocupación la llamaron liberación y hoy a la resistencia la llaman terrorismo. Ayer Irak era una abominable dictadura, es cierto, pero hoy es un país semidestruido e inmerso en el caos, donde lo único que funciona son unos cuantos pozos de petróleo. ¿Mereció la pena? ¿De verdad es mejor la situación de hoy que la de ayer?-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de octubre de 2003