La desolación en la que la huelga de sus trabajadores sumió al hotel María Cristina durante el Festival de Cine donostiarra se mantiene tras su clausura. Han bajado, sin embargo, el nivel acústico de las enérgicas y permanentes caceroladas que acompañaron al certamen, protestadas cada vez mñás por los vecinos. Hoy, 22 trabajadores eventuales no verán renovados sus contratos, mientras que ELA, que copa el comité de empresa, anunció que el paro durará "lo que quiera la dirección" del establecimiento.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 1 de octubre de 2003