Hace una semana parecía fuera del Milan. Anoche en Balaídos jugó sus primeros minutos de la temporada. Si alguien creía que Rivaldo había viajado a Vigo sólo para lucir el palmito, su entrenador, Carlo Ancelotti, lo desmintió en el minuto 73 de partido. La estrella apagada en el terreno pedregoso del fútbol italiano regresó al equipo para reemplazar a otro brasileño, Kaká, la sangre joven que últimamente más ha contribuido a su ostracismo. El ex barcelonista no tuvo tiempo para mucho. Empezó jugando de media punta y, cuando se fue Shevchenko, quedó como única referencia en el ataque. El Milan no atacó mucho ni siquiera en esos minutos finales. Y Rivaldo pasó casi inadvertido.
No había ninguna motivación política en la decisión de Ancelotti de introducir al brasileño. "Lo metí porque el equipo necesitaba frescura", se limitó a explicar el entrenador. En todo caso, era la confirmación de que Rivaldo se queda en Milán, al menos por unas semanas. Aunque su futuro sigue abierto. "Por el momento, me quedo, pero ya veremos lo que ocurre en diciembre", confesó el futbolista al acabar el partido. "Ahora lo único que me interesa es vivir al día y coger el ritmo, porque llevaba mucho tiempo sin jugar y me he sentido un poco extraño". El futbolista también admitió que el partido no fue el más propicio para el lucimiento. "No he tenido muchas oportunidades. El Milan ha jugado mal", confesó. Tampoco Ancelotti fue muy condescendiente con la actuación de su equipo. "Nos ha faltado poner más empeño", lamentó el técnico italiano.
Más autocomplaciente resultó el discurso de Miguel Ángel Lotina, el entrenador del Celta, quien, sancionado, siguió el partido desde la grada con evidentes gestos de nerviosismo. Lotina aceptó que a su equipo "le faltó llegada" al área rival, pero lo desvinculó de su decisión de prescindir de Milosevic en el equipo inicial, en el que no había ningún delantero puro. "Jugase o no Milosevic, el partido habría salido más o menos lo mismo", argumentó. "Y no queríamos que sus centrales tuviesen una referencia junto a ellos".
El técnico concluyó: "Lo más importante era no perder. Nos jugaremos ante el Ajax la segunda plaza del grupo".
El partido sirvió para sofocar momentáneamente la polvareda que se ha levantado en Vigo por el enfrentamiento entre la plantilla y los dirigentes del Celta sobre los sueldos atrasados que el club debe a la plantilla y las remuneraciones para la Copa de Europa. Pero aun así, Mostovoi, no tuvo reparo en señalar que el conflicto pudo haber tenido su influencia en el choque. "Quizá el poquito que nos faltó tenga relación con eso", afirmó el ruso, antes de lanzar una advertencia: "La gente no sabe como están las cosas. Y están muy mal".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de octubre de 2003