Hace 10 años me rompí el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. No me operé en ese momento por razones personales, en marzo del año pasado me decidí a operarme y ahí es donde empezó la odisea de la Seguridad Social. Primero fui al médico de cabecera, me mandó al especialista (cuatro meses); el especialista me mandó que me haga radiografías (tres meses ); cuando vuelvo me manda al hospital a ver al que se supone que me va a operar (seis meses); éste me dice que tengo que ver a otro (dos meses ); ya por fin este último me manda a hacerme las pruebas para la operación, y por fin estoy en lista de espera desde junio.
No me parece normal, en un país de primera línea como nos quiere hacer creer nuestro presidente que es el nuestro, que se tarde año y medio en entrar en una lista de espera. Un ciudadano como soy de la Comunidad de Madrid y que paga su Seguridad Social religiosamente, se pregunta: ¿dónde va todo ese dinero?, ¿es para que las arcas del Estado estén llenas y nos digan que somos solventes por que ingresamos más de los que gastamos?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 3 de octubre de 2003