El estreno de Junior Miguez sobre un escenario es un estruendoso acontecimiento televisivo: adolescentes que irrumpen en chillidos cuando ven a alguien de la zona VIP. Aparte de su famositis, es una multitud excitable, que desaloja por pura presión a fotógrafos y camarógrafos.
Aunque Junior se haya distanciado de la serie Un paso adelante, le costará quitarse la pringosa reputación de ídolo teen y ser reconocido como rapper legítimo. Que lo es, con un llamativo punto de chuleta sevillano en su flow y una grata querencia por el R & B.
El locutor Tony Aguilar le presenta como "el mejor coreógrafo de España". Junior presenta un espectáculo tan dinámico como ecléctico, con un espléndido cuerpo de baile que se escapa de las rutinas del hip-hop cuando suenan tumbaos latinos o aires flamenquitos.
Junior
Junior Miguez (voz), Estrella María Venzo (voz), Francisco Javier Álvarez (voz), Diego Álvarez (percusión), Enrique Pedrón (teclas), Ovidio López (guitarra eléctrica). Sala Cool, Madrid. 2 de octubre.
El protagonista, menos intimidante que en sus fotos, sabe manejarse ante un público extasiado, que reacciona automáticamente cuando se toca sus genitales o cuando muestra su tatuado torso.
Saca a una bella de entre la masa (con toda la pinta de ser una profesional) a la que sienta en un taburete antes de dedicarla los encendidos versos de Chocolate.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 4 de octubre de 2003