El PSC hizo ayer números y llegó a la conclusión de que la promesa realizada el día antes por el candidato de CiU a la presidencia de la Generalitat para ayudar a los jóvenes a comprar vivienda es un engaño electoral que apenas beneficiará al 1% de los jóvenes que buscan vivienda y facilitará la especulación inmobiliaria.
Mas prometió que, si es elegido presidente, creará un plan para aportar el 20% del precio de la primera vivienda a jóvenes de hasta 35 años. La Generalitat sería copropietaria de la vivienda y en caso de que el comprador quisiera venderla, no antes de un periodo aún por establecer, el beneficiario tendría que abonar a la Generalitat el 20% o venderle la finca entera al precio escriturado, que no podría superar los 300.000 euros. Mas anunció también un programa de ayudas al alquiler para jóvenes. El presupuesto para los dos programas es de entre 18 y 24 millones de euros anuales.El PSC consideró ayer "una burla" y "una trampa" la promesa de Artur Mas sobre ayuda a la compra de la primera vivienda. El responsable de economía del partido, Antoni Castells, y el secretario de programas, Ernest Maragall, afirmaron que la medida tan sólo podrá beneficiar a unos 500 jóvenes al año, el 1% de los que buscan vivienda, pese a que Mas había indicado que podría favorecer a 15.000 jóvenes.
La trampa está, según los dirigentes socialistas, en que el propio Mas anunció que la partida total para los programas de adquisición de primera vivienda y alquiler sería de entre 18 y 24 millones de euros anuales. Calculando incluso la cifra máxima, anualmente permitiría ofrecer ayudas, como mucho, a 500 jóvenes. Según los dirigentes socialistas, si la medida de adelantar el pago del 20% del coste de la vivienda se quisiera extender a todos los jóvenes menores de 35 años que la reclamaran, se tendría que habilitar una partida de 1.200 millones de euros al año, el 8% del presupuesto de la Generalitat. "Es una falta de respeto al ciudadano que además va a ayudar a la burbuja inmobiliaria, ya que ese dinero se convertirá en una subvención al promotor".
Los socialistas catalanes aprobaron ayer el programa con el que el 16 de noviembre aspiran a arrebatar a CiU el Gobierno catalán. "La prueba más difícil" a la que se ha enfrentado el PSC, según admitió el candidato Pasqual Maragall. Para superarla, el partido ha decidido primar las propuestas de carácter "social" frente a las nacionalistas, independentistas, verdes o azules", subrayó el candidato socialista. El programa pivota sobre tres ejes: escuelas dignas, vivienda asequible y barrios seguros.
A 43 días de las elecciones, el candidato y líder del PSC no se permitió ayer, ante casi 700 delegados socialistas, ni una palabra de desaliento. Su mensaje, en un empeño de transmitir optimismo y autoconfianza al auditorio, fue claro: el militante, el simpatizante y el votante socialista conocen mejor que nadie la realidad catalana y encarnan el "rigor, la honestidad, la brillantez y la ética".
Unas virtudes que según Maragall se demuestran cotidianamente: al lado de los inmigrantes, "luchando" en los barrios humildes, entre los más necesitados y en la escuela pública.
En cambio, el candidato de Convergència i Unió (CiU), Artur Mas, simboliza para Maragall todo lo contrario porque "no vive en estos barrios, no lleva a sus hijos a la guardería y no sabe de qué va la vida real de la gran mayoría". En definitiva, concluyó, "desconoce la realidad de Cataluña". "CiU sólo tiene dinero y mucha cara", remachó.
Mas, por su parte, respondió que CiU siempre "se ha pateado los barrios humildes" y que mientras Maragall "pedía el metro para la montaña de Montjuïc, CiU lo pedía para Nou Barris".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de octubre de 2003