El Real Madrid se apuntó al milagro. Remontó nada menos que 18 puntos en los minutos finales del último cuarto del encuentro. Lo hizo por méritos propios, especialmente de Bennett, Herreros y Kambala. Pero también por el tembleque que les entró a los jugadores del Joventut conforme avanzaban las manecillas del reloj.
Después de su pésima última temporada, el conjunto madridista se ha reforzado, entre otros, con un letón calvo y casi albino que se llama Kaspars Kambala. Un pívot muy fuerte y muy ancho, con las espaldas de un estibador del puerto de Riga; muy habilidoso en el cuerpo a cuerpo y muy paciente escarbando en la zona cada milímetro de ventaja.
REAL MADRID 92 - JOVENTUT 91
Real Madrid: Bennett (17), Herreros (24), Mumbrú (0), Bueno (2), Kambala (20); Stojic (2), Victoriano (5) Fotsis (13) y Reyes (9).
Joventut: Marco (12), Digbeu (20), Fernández (6), Tabak (7), Arnold (25); Radulovic (0), Drame (2), Alzamora (12) y Dumas (7).
Árbitros: De la Maza, Hierrezuelo y Conde. Eliminaron por acumulación de faltas personales a Fotsis.
Unos 5.000 espectadores en el pabellón Raimundo Saporta.
Sin embargo, el verdadero protagonista de la inesperada victoria blanca en la jornada inaugural del campeonato fue un viejo conocido. Alberto Herreros recuperó la magia en la muñeca y, gracias a sus triples desde el lateral, convenció a sus compañeros de que sí, de que era posible ganar un partido que estaba perdido, como así fue.
Y eso que hasta ese momento el verdadero protagonista había sido un jugador del equipo rival: Arnold. Se trata de un pívot no demasiado alto que se paseó por la zona del conjunto madridista como Pedro por su casa. Misteriosamente, en cambio, apareció en los minutos decisivos engullido por el torbellino de convicción que mostró el Real Madrid.
El partido se jugó renunciando a los engorros defensivos y fiando el resultado al intercambio de golpes. Muchos puntos, sobre todo en el primer tiempo, y bastantes detalles interesantes. Por ejemplo, del jovencísimo Rudy Fernández. Un chaval de 18 años que el curso pasado destacó como el mejor en la Liga de las categorías inferiores y que ayer, aunque también desacertado al final, demostró que no se le encoge la mano en los momentos importantes y decisivos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de octubre de 2003