Los madrileños que no han podido comprar una entrada para asistir a la representación de la ópera La traviata tuvieron ayer una oportunidad para seguir el clásico de Verdi desde los jardines dela plaza de Oriente. Una pantalla de más de treinta metros cuadrados, conectada al escenario del Teatro Real y colgada de la fachada del edificio, hizo el milagro. El Ayuntamiento instaló 800 sillas -que se quedaron cortas debido al éxito de la convocatoria-, apagó las farolas de la plaza y dejó, momentáneamente, sin agua las fuentes para que el sonido fuese el mejor. La escucha por altavoces no tiene el mismo efecto que en directo, pero es un buen sucedáneo dados los altos precios de las entradas del Teatro Real. Pero los espectadores de la calle tendrán los mismos programas de mano que los repartidos dentro del teatro. La traviata abre la nueva temporada de ópera en el Teatro Real. Una apertura que estuvo marcada por la polémica. Una huelga de los trabajadores del Teatro Real obligó a que la primera representación tuviera que ser realizada en versión de recital, sin escenografía. Ésta es la primera ópera que Jesús López Cobos dirige como director musical del Teatro Real y cuenta con la escenografía del director italiano Pier Luigi Pizzi, quien conoce esta obra, que le acompaña desde el inicio de su carrera.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de octubre de 2003